Juan José Moyano: Cuando decir adiós es crecer

La tercera fecha marcó la despedida del hockey local del querido jugador de la Unión Deportiva Bancaria, que, desde mediados de este mes, se incorporará al Sarzana de Italia

“Nostalgia y felicidad junta. Nostalgia porque dejo mi segunda casa, la que me vio nacer y crecer como deportista (Bancaria), felicidad porque voy en busca de mi sueño, mi objetivo.

Agradezco de corazón a todas las personas que me apoyaron en todo momento, que no me dejaron caer cuando todo estaba mal. Al club de mi corazón, a mi familia, mi novia, mis amigos”.

 

Con estas palabras el querido “Negro” expresó sus sentimientos, en su página de Facebook, luego de concluir su “última cita” con la liga local, y ante Huarpes. Seguramente el resultado y, hasta los dos goles convertidos en el juego, fueron intrascendentes ante semejante acontecimiento personal de vestir por última vez, en esta etapa, la camiseta de su querido club y en la antesala de su viaje a Italia. Este hecho  fue acompañado por amigos de toda la vida y su familia.

 

El 30 de julio del 2019 quedará marcado a fuego en la vida de este notable jugador. Su mente y su trabajo estará, desde ahora, en su nuevo club, en el inicio de la pre temporada y en el primer partido del Sarzana, ante el Trissino, de visitante.

 

“Fue una mezcla de sentimientos mirar a la tribuna y ver a mi familia, mi novia, mis amigos, la gente del club era como un plus. Tristeza porque era consciente que fue mi último partido y para ser sincero no quería que terminara tan rápido” expresó el “Negro” al hablar de su partido final con su querida camiseta que priorizó, ante cualquier posibilidad de cambio a un club local.

 

“Yo creo que un jugador siempre sueña con jugar en Europa o ser parte de la selección, pero así como se dio no me lo imaginé. Venía con tropiezos y me estaba entrenando para cumplir los objetivos que tenía. La llegada de Carlos López, el Seba Molina, Fabri Porolli y, ahora, el mono Velázquez, me dieron y nos dieron esa experiencia que nos hizo falta. Sumado a los chicos del club con los que comparto hace años”, expresó.

  

“Se me cruzaban muchas cosas por la cabeza, pensaba en los primeros pasos que di cuando era pequeño en esa misma cancha, pensé en mi abuela que siempre me dijo que se me iba a dar, y hoy que no está conmigo le agradezco donde quiera que esté” sostuvo con un notable dejo de emoción.

 

No fue un paso sencillo ni simple. Lo buscó desde hace tiempo, como cada pibe que juega a este deporte y sueña llegar lejos, como cada joven que entrena y es responsable para llegar a la selección. Esa selección que se le negó hace unos años, cuando era número puesto. Pero nada opaca un presente tan auspicioso. Ni la nostalgia generada por la despedida.

 

 

Es verdad, no es fácil. Deja su familia, sus amigos, sus compañeros de siempre, deja parte su vida. Llegan los deseos, los anhelos, las expectativas, el hambre de gloria. Ni más ni menos, los sufrimientos buscados. Llega la otra parte de su vida.